Cuatro
delantales tengo
y ninguno tiene
cinta,
cuatro Manueles
me quieren
y ninguno está
a la vista.
Que vengo del moro,
que del moro
vengo,
de ver la
barquilla,
de ver al
barquero,
de ver la
corriente
del agua serena,
de ver mis
amores
que se van con
pena y ¡olé!
Estribillo
Como
los hombres son tan baratos,
cuarenta y cinco
no vale un cuarto,
y las mujeres,
¡válgame Dios!
una solita, una
solita vale un millón.