Boletín Nº 28 ( Agosto de 1998)

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GOREÑOS EN... Palma de Mallorca

¿Quién no conoce Madrid o Barcelona? ¿Quién no conoce París, o Londres, o Cuba, o Nueva York? ¿Quién no conoce Palma, sus tradiciones, su idioma, su gastronomía, sus paisajes, sus costas, su arquitectura tradicional, su clima, sus playas, su infraestructura turística, los espectaculares datos de su economía? Pues eso, que todo el mundo ya lo conoce y los pocos que queden viviendo en la ignorancia de estos datos vitales, que consulte cualquier enciclopedia escolar o que pida un folleto informativo en la agencia de viajes más próxima.
Islas Baleares, divinas ¿Para qué más datos?
Bueno, alguno sí que habrá que tener en cuenta y no conviene que nuestra pereza para la recopilación y documentación sea tan evidente. En primer lugar decir que las Baleares se encuentran al este de la península siendo, por tanto, la parte más oriental de España. Para que se hagan a la idea, es esa zona que nunca se ve, pero que todos hemos de imaginar, situada justo detrás del hombre del tiempo.
Probablemente por eso, en ocasiones, la gente ni sabe que existimos, pudiendo contar cada uno de los habitantes de Palma numerosas anécdotas que lo acreditan y que van desde pérdida de equipajes que aparecen en la isla de la Palma, envíos urgentes que se reciben en las Palmas y simpáticas conversaciones del estilo de:
-¿De dónde eres?
-De Palma.
-Qué bonita Canarias
.
Tiene gracia, pero a veces mosquea un poco por lo que conviene que cuando hablen o se refieran a nosotros tengan en cuenta estos importantes datos:
1. Baleares es un archipiélago que queda lejísimos de Canarias.
2. Que una de sus islas es Mallorca, cuya capital es Palma (de Mallorca, por supuesto).
3. Que no se dice la Isla de Palma porque es una ciudad, no una isla.
4. Que nuestra ciudad no se llama La Palma porque La Palma es una isla del archipiélago canario.
5. Que nuestra ciudad no se llama Las Palmas porque Las Palmas es una ciudad situada en la isla de Gran Canaria.
6. Que los canarios nos caen muy bien, sobre todo porque ellos nunca se confunden.
Teniendo en cuenta estos seis puntos, quedarán ustedes siempre muy bien, acreditando conocimientos sobre los archipiélagos españoles muy por encima de la media nacional.
Situados pues geográficamente pasemos al asunto:
Sólo en Palma de Mallorca, capital de Mallorca y de las Baleares. ¿Me siguen? Vivimos más de 35 mil mallorquines de origen andaluz. De esos 35 mil, más de 11 mil somos de Granada, y de esos 11 mil, que yo sepa al menos 45 familias de Gor. Les conozco personalmente.
En Palma, (la ciudad –insisto-) los mallorquines que no tenemos apellidos autóctonos, es decir, los mallorquines que no hemos nacido en la isla, o que tenemos nuestros orígenes fuera de ella, somos más de 80 mil, lo cual representa más de un 40% de la población total de la ciudad. A ello le hemos de añadir la población flotante que crea el continuo flujo de turismo que nos visita; la inmigración alemana (han leído bien), la magrebí y la latinoamericana. De todo ello, resulta una ciudad extraordinariamente cosmopolita que provoca una apasionante e interesantísima mezcla de culturas, formas de pensar, costumbres, tradiciones y sentimientos que, entremezclados entre sí, forman otra cultura unitaria a la que todos los mallorquines estamos ineludiblemente invitados a participar y formar parte de ella: Feria de abril en abril, el día de Galicia cuando toca, la fiesta sueca de Santa Lucía poco antes de Navidad, las tracas en el Parque del Mar del día de la Comunidad Valenciana, las polémicas "bierstrasen" de algunas zonas turísticas, y un largo etcétera que ha dado lugar a la más variopinta agenda oficial de actos culturales que un ayuntamiento pueda presentar a lo largo de un año.
Ello está generando (no sé si "degenerando" sería el término adecuado) algunos problemas de identidad entre nosotros por la posibilidad de que la idiosincrasia propia de esta isla quede diluida en ese océano de culturas, lenguas y tradiciones a que antes me refería. Si bien en los pueblos de la zona rural las costumbres más arraigadas parecen resistir mejor, en nuestra ciudad la cosa cambia un poco. Ejemplo, podríamos poner muchos como los riquísimos y fantásticos bailes regionales incapaces de salir de las agrupaciones folclóricas subvencionadas, mientras paralelamente proliferan academias privadas que se forran impartiendo clases de sevillanas y bailes de salón. El idioma es un tema con el que también se están haciendo algunos esfuerzos para que se utilice con normalidad pero no parece que la cosa vaya demasiado bien por ahora. La presión externa tanto del español como de las lenguas Comunitarias (en Mallorca si no hablas algún idioma comunitario además del español no eres nadie, pero si no hablas mallorquín no pasa nada) está haciendo no poco bien a esa parte del patrimonio cultural de un pueblo tan importante como es el idioma.
Pero bueno, ese es un problema que no voy yo ahora a solucionar y tampoco es la intención de este trabajo, pero creo necesario el ponerlo de relieve si quiere uno tener una idea clara de todos los aspectos de este fantástico lugar.
Algunas referencias históricas también ayudarán:
Al parecer el actual asentamiento de la cuidad estaba ocupado prehistóricamente por un poblado talaiótico con importantes vinculaciones con el mar. Posteriormente fue invadida por los romanos y más tarde por los árabes de los que se conservan todavía algunos vestigios monumentales como el Palacio de la Almudaina y los baños árabes.
En 1229 fue conquistada por Jaime I que la dotó de una municipalidad que abarcaba toda la isla (de hecho en la actualidad a Palma todavía se le llama Ciudad de Mallorca).
Su privilegiada situación geográfica permitió desde un principio una intensa actividad comercial con los pueblos del Magreb, los señoríos italianos y los dominios del Gran Turco, propiciando una edad de oro de la ciudad. En la Lonja se llevaba a cabo una intensa actividad de contratación vigilada por el Consulado del Mar que garantizaba el respeto a la legalidad vigente en todas las transacciones comerciales.
A principios del siglo XVI, la peste, las rebeliones foráneas y los ataques frecuentes de los piratas turcos y berberiscos provocan una reducción de las actividades comerciales, y la ciudad entra en una época de decadencia que se prolonga hasta finales del siglo XVII.
En el siglo XVIII el célebre decreto de Nueva Planta de Felipe V modifica el régimen de gobierno de toda la isla transformando a Palma de Mallorca en la capital de la nueva provincia de Baleares y es en este siglo cuando Carlos III con la liberación del comercio con las Indias condujeron a Mallorca a un nuevo crecimiento de la actividad comercial y portuaria de nuestra ciudad.
La ocupación francesa de Argelia en el siglo pasado, acabó con el peligro de ataques magrebíes lo cual favoreció la expansión de las líneas marítimas y navieras y, con ello, el crecimiento económico y demográfico de la ciudad que trajo consigo el nacimiento de nuevos núcleos de población.
Pero es a comienzos de los años 50 con la aparición del fenómeno del turismo cuando la fisonomía de toda la isla se revuelve y la transforma en uno de los centros de atracción de visitantes más importantes de todo el mundo. A partir de ese momento el crecimiento del turismo es absolutamente espectacular: de 500 mil visitantes en 1960 a 5 millones en 1995, con un movimiento en el aeropuerto de Palma de más de 14 millones de pasajeros y de 1,2 millones por vía marítima. Eso hace que las islas Baleares pasen a ocupar la cabeza de todo el país respecto al PIB por habitante, siendo en 1996 la única comunidad autónoma que supera ampliamente la media europea.
Ilustres visitantes y residentes avalan el gran atractivo que tiene nuestra ciudad y nuestra isla. Desde la Familia Real española que con el tiempo se han convertido en unos vecinos más de la ciudad pudiéndotelos encontrar en la terraza de un bar, de compras por Jaime III, en un local nocturno tomando una copa, o de paseo junto a las instalaciones del Club Náutico y que además actúan de anfitriones de otros ilustres estadistas como el Emperador del Japón hace un par de años, el Presidente Clinton el pasado verano, la malograda Diana de Gales que nos visitaba frecuentemente, la familia real sueca, la británica, la tailandesa, etc...
El actor y productor cinematográfico Michael Douglas, el ex presidente Suárez, el tenista Boris Becker, la modelo Claudia Schiffer, son solo algunos de los residentes que junto a los goreños que habitamos Palma, dan cuenta del nivel y categoría de una ciudad y una isla en la que éste que les escribe es muy feliz, le gusta trabajar en y por ella, e invita a todos a visitarnos porque los mallorquines la verdad es que somos muy buena gente. De la mejor.

Santiago Jiménez Navarro

 

 

 

 

 

GOREÑOS:  Ana María y Sebastián

Queridos amigos, este día fue algo muy especial para mí y mi familia. Algo que no podremos olvidar en la vida, ni nosotros ni el pueblo.
Mis abuelos, Sebastián y Ana, celebraban 75 años casados, algo que pocas personas pueden llegar a celebrar, y más aún en el estado en que están ellos: los dos viven solos en su casa haciendo sus tareas domésticas. Mi abuelo va a la compra y a hacer los recados ya que mi abuela está un poco mal de las piernas; mi abuelo además cuida de un huerto que tiene al lado de casa, donde siembra algunas cosillas, entre ellas cuatro o cinco parras. Y cuidando el huerto pasa el resto del día.
Bueno, quiero contaros mi vivencia en este día como ya os he dicho, que siempre recordaré como algo muy especial, que ha pasado en mi vida; fue muy emocionante. No os podéis imaginar como supieron estar a la altura de lo que en este día celebramos, admitiendo toda clase de bromas que les dábamos, y ellos haciendo también de las suyas, parecíamos todos de la misma edad: padres, hijos, nietos, bisnietos y tataranieta. Momento que no podremos olvidar.
Mis abuelos, no os podéis imaginar con que normalidad atendían a los medios de comunicación que a su casa llegaban; en ningún momento se les vio nerviosos, a pesar de la cantidad de entrevistas que les han hecho.
Yo estaba sorprendida con qué entereza han llevado todo esto; siendo yo mucho más joven que ellos, me pasé todo el día emocionada, que hubo momentos en que no podía retener las lágrimas. Para mi, ser la madrina de mis abuelos ha sido algo que no sé como lo voy a explicar con palabras, es imposible. Todos los momentos fueron emocionantes, pero uno de los que más, para mí fue en la iglesia cuando el sacerdote dijo que nos diéramos la paz: ellos cogidos de las manos se dieron un beso y se miraron fijamente a los ojos. Esa imagen de mis abuelos no la podré olvidar nunca. Otro momento también muy bonito fue cuando en el restaurante cortaron la tarta; mi abuela, con la mirada baja, pensativa, y mi abuelo sujetándole la mano con el cuchillo, la miraba sin decir palabra: ¡Cómo me hubiera gustado adivinarle el pensamiento! Otro momento, también muy emocionante fue cuando salían de la iglesia cogidos de la mano y la gente empezó a echarles arroz. Mi abuela comentó: -Vaya por Dios. Luego nos fuimos al salón donde el alcalde le entregó una placa y un ramo de flores, y les dijo unas palabras muy bonitas. También un señor del pueblo, Andrés, le hizo un poema; éste fue otro momento muy conmovedor.
A esta fiesta acudió todo el pueblo. Gracias, goreños, por ese cariño que le demostrasteis a mis abuelos. Yo sabía que tenían muchos amigos y en éste día lo pude comprobar.
Aunque yo os digo mi verdad, no ha tenido que pasar este acontecimiento para que pasemos un día a gusto con mis abuelos, porque yo siempre he tenido pasión por estar con ellos. Me gustaba subir al cortijo y pasar largas temporadas con ellos; me mimaban y me querían como a nadie, y a mi me lo siguen haciendo. El cariño que siento por ellos es algo que por mucho que os quiera explicar no lo podréis entender. He pasado tantos ratos buenos con ellos que no se pueden explicar por muchos renglones que escriba porque resumir el cariño de una vida es mucho más que esto.
Un fuerte abrazo de una goreña en Barcelona, pero con el corazón en Gor.
Gracias, amigos, y hasta siempre.
Granollers, 15 de mayo de 1998

Antonia Mª Salmerón

 

 

 

 

 

GOR 1760: TOROS POR LA ILUSTRACIÓN

Introducción

Buscar un punto de partida que explique el origen de la fiesta de los toros ha sido una tarea que ha ocupado el tiempo de no pocos historiadores y que se va complicando en cuanto retrocedemos en el tiempo. Descartado el origen musulmán, en determinados ritos fenicios y cartagineses se adivinan coincidencias con esta fiesta bárbara y apasionante.
Sea como fuere la fiesta de toros va a alcanzar fuerte esplendor en el Siglo de Oro . El toreo se consagra como una actividad propia de la nobleza que alancea toros a caballo en fiestas que se organizan con motivo de coronaciones , nacimientos, bodas etc. Pero a la par también coexisten festejos en los que se torea a pie por parte de las clases más humildes, incluso se simultanea el toreo de a caballo con el de a pie.
El panorama va a sufrir un punto de inflexión con la llegada al trono de Felipe V que no gustaba en absoluto de estas funciones . La fiesta de toros va a ser olvidada paulatinamente por la nobleza a la par que desde la plebe van surgiendo personajes que matan toros a pie y de distintas suertes , en lo que será el gérmen de la tauromaquia moderna que se instaurará en las postrimerías del siglo XVIII .
Un siglo de prohibiciones incumplidas
Ya hacia 1560 Felipe II hubo de lidiar con la bula dictada por el Papa Pío V contra la fiesta de los toros . Durante el siglo XVIII la evolución que ésta va a sufrir se irá encontrando con una serie de obstáculos que por distintas razones se le van a ir imponiendo desde el poder regio , y que van a estar en consonancia con las nuevas corrientes de pensamiento que la ilustración traerá a nuestro país.
Se van a esgrimir distintos argumentos de peso en contra de una fiesta en la que algunos ven una de las causas del secular atraso de España:
Para muchos ilustrados no se puede mantener una fiesta en la que se sacrificaban animales por otra parte considerados de gran valor en el cultivo de la tierra, máxime en un siglo en el que la gran explosión demográfica que experimenta España hace necesario un aumento en la producción agraria. Hay que recordar que la sustitución del ganado bovino por el mular en las faenas agrícolas comienza en la segunda mitad del siglo XVIII.
Arremetieron otros contra la mezcla de elementos religiosos y próximos a la superstición que se producían en algunos festejos populares. Así , el padre Benito J. Feijóo, al referirse a la tradición del toro de San Marcos comenta:
"Un toro salvaje recogido del campo es llamado con el nombre del evangelista, perdiendo su original fiereza. Conducido hacia la iglesia asiste a la misa y procesión, recuperando al día siguiente su original fiereza para ser devuelto al monte sin que nadie ose ponersele delante ..."
Mención aparte merece Gaspar Melchor de Jovellanos que lanza una auténtica batería de argumentos contra los toros :
No cree que se le pueda llamar nacional a una fiesta que sólo la disfrutan unos pocos.
Teme cual será la opinión de nuestros vecinos europeos.
Se cuestiona la valentía de los que en ella participan.
Reitera el daño que para la agricultura supone el sacrificio de vacunos que se podrían dedicar a la agricultura . Y manifiesta el coste que en jornales perdidos tiene que soportar la industria en una España que pierde tres días por cada corrida celebrada; la víspera, la corrida y el día de después.
Pues bien, con estos y otros argumentos ya Fernando VI en 1753 prohibió las fiestas de toros con la particularidad de poder celebrarse bajo permisos singulares. En años posteriores se produjo una ardua polémica sobre el efecto que las corridas tenían sobre la cabaña de vacuno, llegándose a la conclusión de que en vez de diezmarla favorecía su crecimiento. El peso de algunos ilustrados llevó a Carlos III a dictar la pragmática-sanción que los volvía a prohibir en 1785: "Prohibo las fiestas de toros de muerte en todos los pueblos del Reyno, a excepción de los en que hubiere concesión perpetua o temporal con destino público de sus productos , útil y piadoso ...". Hubo de reiterarse mediante reales decretos en 1786 y 1787 ante argumentos tan poco consistentes. Ya vencido el siglo, Carlos IV decretó una prohibición más enérgica , aunque no mucho más efectiva mediante real cédula de 10 de febrero de 1805.

San Cayetano 1760

Pepe -Illo y Pedro Romero habían cumplido 6 años , en Granada faltaban 8 años para que se construyese la primera plaza de toros , Carlos III tenía recién estrenado su reinado y mientras tanto "en Gor a ocho de agosto por igual año y en obsequio de San Cayetano se lidió y mató un toro propio de la imagen del santo y hubo novillada y para ello no se pidió licencia a ningún juez porque no ay práctica de pedirla en otras ocasiones..." . Esta es la declaración que Juan Pretel y Pablo de Mesa alcaldes ordinarios de la villa de Gor hicieron ante Pedro de Coello , receptor de la Real Chancillería de Granada encargado de esclarecer los festejos de toros celebrados en nuestro pueblo con motivo de San Juan Bautista y San Cayetano, y que supusieron una multa de 50 ducados que ambos alcaldes tuvieron que pagar de forma mancomunada .
No se dan en el documento detalles sobre el desarrollo de la fiesta ni del origen del ganado, pero leyendo entre líneas si podemos advertir unos festejos con marcado carácter popular y que se venían celebrando con normalidad en el pueblo . En cuanto al origen del ganado bien podría estar en los vacunos más indómitos de los 250 que componían el censo de la época (ver el artículo La Dula de A. Alías en el nº 11 de esta revista ) . Pero también hay documentos que acreditan la presencia de ganaderías medianamente organizadas en la comarca en estas fechas . Así el 16 de junio e 1794 Pepe-Illo mató doce toros en la plaza de Granada "de las famosas vacadas de Doña Rafaela de Cuenca , vecina de Guadix , con divisa Pajiza y de Don Gabriel Díaz , de la Calahorra, Encarnada ...". Lo que hace pensar que nuestros paisanos de la época ya fuesen a Sierra Nevada en busca de toros para correrlos por las calles para mayor gloria de nuestro patrón San Cayetano y regocijo de los goreños .

Andrés García Jiménez