Boletín Nº 26 ( Diciembre de 1997)

Sumario.- Plaza mayor - Editorial - La directiva informa - Noticias locales - Buenos días Gor - Delegaciones -Goreños  - Pentagramas - Goreños en... - Gor histórico: La alquería de Gor bajo dominio musulmán - Fiestas '97: Solidaridad se escribe con...y despedida a Don Andrés Porcel . El pregón de las fiestas- Páginas poéticas - Medicina y salud - Los toros - Personajes carismáticos - Relatos breves - Prensa provincial - Entrevista - Anécdotas de nuestra historia - Turismo rural - Curiosidades - Humor y pasatiempos-

 

 

 

 

 


 

GOREÑOS EN... Colonia

Visitar Colonia significa conocer el centro de Europa.
Hoy mismo viven cerca de tres mil españoles en la ciudad de Colonia. Entre los años sesenta hasta hoy en día han trabajado unos 40 goreños en Colonia y los únicos que quedan ahora son nada más que cuatro: Cayetano García, Juan García, Pedro Muñoz y Francisco Agudo.
Colonia está situada en el oeste de Alemania, en la región que se llama "Rhenania del Norte Westfalia", a unos 25 km de Bonn (capital gubernamental) y hoy en día cuenta con 1 millón de habitantes.
La ciudad de Colonia está marcada por 2.000 años de historia desde los romanos hasta nuestros días. Era importante ciudad hanseática cuando estaba bien "adentrada" la Edad Media, siendo meta para millones de mercaderes, peregrinos y turistas.
Hasta el día de hoy Colonia no ha perdido nada de su fuerza de atracción. Monumento emblemático de la ciudad es la catedral de estilo gótico, que tiene unos 156 metros de altura y 145 metros de largura.
La catedral de Colonia es uno de los monumentos eclesiásticos de toda Alemania. Cada año vienen unos tres millones de visitantes y turistas para ver la catedral y además el relicario de los Reyes Magos hecho todo de oro.
En el año 1998 la catedral estará en el punto de mira, cuando se celebre el "año gótico de Colonia" con fiestas en conmemoración de la colocación de la primera piedra, el día 15 de agosto del año 1248, es decir, hace 750 años.
En Colonia siempre hay motivos de fiestas, no sólo se celebra el mundialmente famoso carnaval. En el curso de la historia, la mayor ciudad situada a orillas del Rin, se ha convertido en metrópoli del arte y de la cultura, centro de compras, diversiones, deportes y negocios, plaza medial y ferial, por lo que siempre hay algún acontecimiento importante.
Rembrant y Andy Warhol son nombres ligados estrechamente con la vida cultural de Colonia, que cuenta con unos 30 museos y unas 120 galerias de arte. En Colonia las musas se regocijan con verdaderas fiestas de música clásica, rock, celebraciones a estilo de Colonia, ópera, teatro, musical.
Muy importante es también la feria de Colonia. Allí tienen lugar unas 30 ferias internacionales, tales como la ANUGA (World Food Market), ART COLOGNE (Mercado Internacional del Arte), PHOTOKINA y SPOGA (modelos de maquinaria fotográfica y deporte, camping, muebles de jardín).
Hay muchos motivos para visitar Colonia: primero, naturalmente, para pasar unos días de carnaval, beber tranquilamente unos vasos de cerveza tipo "Kölsch" (cerveza procedente de Colonia) en uno de los bares coloneses donde se puede estar uno a sus anchas, dar paseos por los parques, el Jardín Botánico, visitar a los animales recreantes del zoológico, por el barrio antiguo de la ciudad y admirar el encantador panorama de Colonia desde los cruceros por el Rin o desde el teleférico por encima del río.

Theresia Agudo

 

 

 

 

SOLIDARIDAD SE ESCRIBE CON "G" DE GOR

Los miembros de la ONG, con sede en Guadix, "SOLIDARIDAD HONDURAS, Sólo Un Mundo", recibimos, a mediados de agosto del presente año, una gran lección de ortografía: la Asociación AMIGOS DE GOR y los goreños nos demostraron que solidaridad, en mayúscula, se escribe con "G" de Gor, y así está mostrándose ya en Honduras, un pequeño, paupérrimo y casi desconocido país centroamericano.
Pero no fue esa la única singularidad del acto al que tuvimos el gusto de asistir, sino que también nos enseñaron cómo contribuir a solucionar los más graves y dramáticos problemas del mundo en un ambiente cordial y festivo, subastando exquisitos platos, elaborados por las más expertas y hábiles cocineras y cocineros de la localidad, para recaudar fondos con los que paliar el hambre de los más pobres entre los pobres. Unas torrijas, un pan de catalana o unas berenjenas rellenas, se convertían, como el mejor de los cuadros, en objeto de subasta y llegaban a alcanzar precios exorbitantes. Muchos almuerzos, muchas cenas y la satisfacción de otras muchas necesidades de personas que sufren su miseria al otro lado del Atlántico, se estaba financiando esa noche desde Gor. Y, por si fuese poco, no faltaron algunos donativos e incluso quien, haciendo gala una vez más de ser una de las mentes más claras de esta localidad, ofreció para la subasta su propia pluma y tintero.
Hasta Honduras hemos hecho llegar esas ciento treinta y tres mil cien pesetas, que allí, dado el nivel de vida existente, dan para mucho más de lo que pudiéramos imaginar aquí. Pero lo más importante es que hemos sido vehículo de solidaridad de una pequeña ciudad granadina, de la que posiblemente ningún hondureño hubiera oído hablar hasta ahora, hasta las gentes de uno de los países más pobres del mundo (el segundo más pobre de América Latina, después de Haití, que ostenta el primer puesto en tan negra lista). El lazo entre Gor y Honduras ya está establecido.
Nuestra ONG, nacida a remolque de la extraordinaria labor misionera que dos sacerdotes de esta Diócesis -Patricio Larrosa, natural de Huéneja, y Ramón Martínez, de Huéscar- vienen desarrollando tanto en Tegucigalpa como en las comunidades indígenas, no es sino un cauce para que personas de todas las creencias e ideologías, pero comprometidas en la ayuda a quienes más sufren las injusticias de este mundo, puedan poner su grano de arena en la construcción de unas mejores condiciones de vida para éstos.
Somos conscientes de que nuestros envíos de medicamentos, material ortopédico, ropa y material escolar; que los desplazamientos periódicos de voluntarios (médicos, ayudantes técnicos sanitarios, veterinarios, ingenieros agrónomos, etc.); que la puesta en marcha de una biblioteca en una colonia marginal de la capital; la apertura y mantenimiento de consultas médicas; los proyectos de regadío, reforestación y mejora de viviendas en comunidades indígenas; la creación de granjas domésticas en poblados de indios Chortís; o los cientos y cientos de niños tanto del cinturón de pobreza de la capital como de zonas rurales que se becan cada año, gracias a la solidaridad de las muchas personas e instituciones que colaboran con nosotros, no son sino una gota de agua en ese océano de miseria que cincunda nuestro privilegiado primer mundo, que, sin duda, no es ajeno al injusto reparto de la riqueza y a las relaciones de explotación económica que a nivel internacional existen. Pero algo está cambiando en las conciencias de las personas y de los pueblos, y resulta grato y prometedor ver cómo en cada uno de los rincones de nuestra geografía se escribe, cada vez con letras más grandes la palabra "solidaridad", y que, poco a poco, algo se va remediando.
Por todo ello, en nombre de "SOLIDARIDAD HONDURAS, Sólo Un Mundo" y de los muchos hondureños beneficiarios de vuestro gesto, no puedo sino expresaros nuestro agradecimiento y satisfacción ante la actuación de los goreños y de la ASOCIACIÓN AMIGOS DE GOR -que bien merecería llamarse "amigos del mundo", por la forma que tiene de compaginar su pretendido carácter localista con un sentido de la amistad universal-, y animaros a que sigáis por ese camino, en el que ojalá volvamos a coincidir más veces, y bien en Gor o bien en cualquier otra parte de este pequeño y deteriorado planeta, ambas asociaciones podamos colaborar mutuamente.

Francisco Pérez Vera.
Secretario de "SOLIDARIDAD HONDURAS  Sólo Un Mundo"

 

DESPEDIDA A NUESTRO PARROCO, D. ANDRÉS PORCEL

Aprovechando que se encuentra entre nosotros nuestro Párroco, D. Andrés, queremos dedicarle unas palabras con motivo de su próxima marcha a otras parroquias.
Aunque es poco el tiempo que entre nosotros ha permanecido y que nos ha parecido aun más corto, su actividad como párroco y como persona ha sido de los más intensa.
Todos conocemos su dedicación a nuestros mayores, a los niños, a los jóvenes, a los necesitados, a los que tienen problemas, en fin, a todos los que han tenido necesidad de apoyo, tanto espiritual como materialmente.
Para dar una idea de su forma de actuar, haré mención de una anécdota que data de hace un par de inviernos: una noche cuando el frío era más intenso se le presenta en casa un joven problemático diciéndole que tenía frío, y ni corto ni perezoso le dio lo primero que encontró a mano para paliar aquella necesidad: una manta que le había regalado su hermana traída del extranjero expresamente para él. La sorpresa vino al siguiente día cuando vio a dicha persona portando la manta convertida en poncho.
Como ésta, podríamos contar muchas pero no queremos que pudiera afectar a su forma de ser, humilde y sabio al mismo tiempo, sencillo, cura vocacional, en el que un cúmulo de cualidades humanas son vivo ejemplo de como fuese nuestro patrón San Cayetano.
Por todo esto y por mucho más, te damos las gracias, Andrés, sentimos pena de tu marcha y te aseguramos que tu imagen permanecerá siempre en nuestro recuerdo.
Te pedimos que no nos olvides, que reces por las gentes de Gor, que aquí tendrás siempre abiertas las puertas de nuestra casa y de nuestro corazón. ¡ Gracias !.

El pregonero de las fiestas de 1997: Juan Manuel Navarrete López


 "Ilustrísimo señor alcalde, señores concejales y demás autoridades, queridos paisanos:
     
Cuando el pasado día 14 de mayo se me propuso el encargo de ejercer como pregonero de estas fiestas, comprendí que una gran responsabilidad recaía sobre mis hombros, y por tanto sobre mi pluma.       Desde aquella fecha, podéis creerme, he pasado más de una noche en vela recomponiendo una tras otra las partes de esta modesta oratoria; el firme propósito -y no otro- de cumplir dignamente con tan distinguido encargo, guiaba mis dudas y cavilaciones. A la postre, aquí me presento ante todos vosotros armándome -como el humilde soldado- del valor que se me supone y dispuesto a cumplir con mi misión. Sólo espero que estas líneas alcancen la corrección que la ocasión merece.
    
Justo es que comience haciendo público mi agradecimiento a nuestro alcalde y hacia toda la corporación municipal, que han tenido bien honrarme con la con la distinción de pregonero de las fiestas de 1997. Y como no, seguidamente debo trasmitiros a todos vosotros, goreñas y goreños que hoy os habéis reunido en esta plaza mis mejores deseos de felicidad y ventura no ya sólo para estos días e relajo y chanza que nos aguardan, sino para todas las jornadas de vuestra vida. No se trata de cumplidos de rigor, sino de mis más sinceros votos, porque siento el orgullo de deciros que allá donde me encontrase siempre defendí con ahínco en nombre de Gor; tanto como la reputación de mis paisanos, en el convencimiento de que así salvaguardaba mis raíces y cumplía con mi deuda hacia la tierra donde vi la luz primera (ya lo dice el refrán: de bien nacidos es ser agradecidos).
Un año más -y que sean muchos para todos- con los calores de agosto llega la festividad de nuestro patrono San Cayetano, del que cinco largas centurias nos separan pero de cuya vida podemos tomar, pese al decurso de los siglos y la natural evolución de los usos y costumbres sociales los más eximios ejemplos. San Cayetano era vástago de una familia aristocrática, pero renunció a las prebendas de su clase para entregarse al servicio de Dios y de sus hijos más desvalidos, los enfermos y menesterosos. Preocupado por la educación de los pobres en su doble vertiente moral y profesional, creó escuelas donde los niños más humildes podían aprender aprender un oficio y salvar su futuro de esas lacras intemporales que son la indigencia y el delito. Basándome en conducta tan encomiable y aprovechando la condición de portavoz popular que el encargo de pregonero me brinda, elevo mi voz hacia las alturas para pedir a nuestro celestial abogado que ilumine nuestros corazones, haciéndonos más generosos con todos aquellos familiares, amigos y convecinos necesitados de ayuda, compañía o consuelo; del mismo modo, ruego a San Cayetano que reavive en nosotros la inquietud por la formación de nuestros niños y jóvenes, una responsabilidad que directamente nos atañe y que de ningún modo podemos eludir, pues en estos muchachos y muchachas reposa el futuro de Gor, nuestro amado pueblo.
Queridos convecinos, esos mismos niños y niñas a los que acabo de referirme, aquí presentes entre nosotros, que están despertando un día tras otro a las luces del raciocinio y de la responsabilidad social, cuyas mentes porosas absorben con ansiedad las imágenes sonidos y estímulos que a su alrededor rondan y estallan como policromos cohetes pirotécnicos ; yo mismo recuerdo, embargado por sincera emoción un episodio de mi niñez ligado a esta plaza y a este balcón consistoriales, cuando allá por los años de mil novecientos treinta y tantos, desde esta elevada palestra participé en la representación de una obrilla teatral -de cuyo título quisiera acordarme, pero mi memoria se niega a rescatarlo del olvido- interpretando el papel de un viejo. Paradojas de la vida, hoy me veo viejo de verdad y ante el mismo escenario, después de haber presenciado -y participado- en tantos dramas, comedias y farsas del teatro de la existencia.
Y desde la perspectiva de mi edad, como les ocurre a tantos otros goreños y goreñas, las fiestas no representan sólo los días de asueto jalonados por el ritual solemne de los actos cívicos y religiosos y la merecida jarana de los bailes. Nuestro anual reencuentro con nosotros mismos y con las personas y lugares que de algún modo nos hicieron tal como somos. Pero no todo es pasado ni recuerdo, pues hay un presente esperanzador. Y llaman la atención de quien os habla los progresos registrados en nuestra villa durante los últimos tiempos. Con alegría quiero reseñar que Gor está creciendo; son muchas las nuevas casas que se construyen, y de esta manera hemos desterrado aquel fatídico chascarrillo de tiempos pasados, cuando la emigración despoblaba nuestro campo andaluz: "Se vende pueblo con llave en mano". Muchos goreños y goreñas partieron hacia los cuatro puntos cardinales de España o al extranjero en busca de ventajas para su modesta existencia; pero a costa de este progreso individual pagaron un alto tributo sentimental, el de la añoranza.
No quisiera desaprovechar la ocasión, hoy que nos hemos reunido tantos goreños y goreñas de aquí y de allá, para resaltar la labor social y cultural de la revista "Puerta de la Villa" editada por la Asociación de Amigos de Gor y con la que he tenido el honor y el placer de colabora en más de una ocasión. En sus páginas caben desde la semblanza de los personajes más entrañables de Gor hasta la puntual crónica de la actualidad local, sin olvidar las secciones dedicadas a nuestra historia , nuestro folklore y nuestra gastronomía, entre otras muchas de singular interés. Su meritorio objetivo no es otro que mantener la identidad colectiva de los goreños y goreñas allá donde se encuentren; es el nexo de unión perpetuo entre vecinos, amigos y familiares que sólo pueden disfrutar de la mutua compañía contados días al año, y a través de sus secciones se mantienen todos informados sobre los progresos de nuestra amada villa.
Gracias a nuestra revista, queridos paisanos, sabemos los goreños y goreñas de la diáspora que los esfuerzos de hoy van encaminados a ofrecer nuevos incentivos económicos para nuestra gente. Por de pronto, Gor, esta luchando contra el desempleo -terrible problema de la España contemporánea gracias a las iniciativas de nuestro ayuntamiento y de la Junta de Andalucía. Se esta construyendo una residencia para la Tercera Edad donde podrán residir dignamente los goreños y goreñas ya entrados en años que así lo precisen. Y no menos importante para el futuro de nuestra villa será el hostal -también en proceso de construcción- que habrá de contribuir al desarrollo de nuestro potencial turístico, basado primordialmente en nuestra riqueza paisajística.
¡Hay tantos tesoros por descubrir para el foráneo, en los aledaños de Gor!. Que decir de la ruta del Parque Natural, desde Las Juntas hasta la famosa fuente de las casas de Don Diego (sitio ideal para los sibaritas, pues allí podrán degustar, bajo la sombra hospitalaria de una mimbre los suculentos manjares de nuestra cocina mientras se oxigenan con el aire puro de nuestra sierra); ruta que prosigue luego hasta la fuente de las Víboras y la Canaleja, Alta y Baja, pasando por Narváez. Sin olvidar otros lugares pintorescos (nuestras bien surtidas ventas), ni nuestro patrimonio histórico-artístico; las excavaciones arqueológicas junto al famoso puente de la autovía, la Escuela Taller, sita en la Venta el Duque, donde los niños de aquí y de otros lugares, se forjan en el crisol del saber y dan los primeros pasos en los oficios artesanos, nuestra bien cuidada iglesia parroquial (quiero recordar que existieron en Gor, varios dólmenes; que por desgracia sucumbieron bajo la piqueta, al igual que el palacio).
Sin embargo, los mayores tesoros de nuestra villa -y por tanto el principal reclamo para la influencia turística que reavive la economía local- no son sino sus vecinos. En efecto, queridos paisanos; hablo de los goreños y de las goreñas, gentes honestas que saben trabajar cuando suena la hora e arrimar el hombro, y sanamente divertirse llegado el momento del asueto. Ellas y ellos dan vida a nuestras fiestas fiestas rebosantes e tipismo. Pienso en la romería de San Blas (de nuestro barrio de Triana), con sus corros y letrillas -no siempre piadosas- y el generoso ágape de hermandad, campestre cuando las condiciones climáticas lo permiten. Y en las fiestas de Santa Cruz de nuestro anejo de Las Juntas, con la representación de la Conferencia del Moro y el Cristiano, pieza de ancianos orígenes que evoca los autos del teatro medieval. Y pienso en estos festejos patronales de San Cayetano que se aprestan a comenzar, presididos por la belleza radiante de la nuestra Reina de las Fiestas.
Durante los próximos días, queridos paisanos, vais a disfrutar de un lucido programa de: la salida de la bandera, cuyos lances traza diestramente un mozo goreño entre emotivos vivas a San Cayetano; la solemne procesión, que recorrerá las calles de la villa aupando a hombros la imagen de nuestro santo patrono (tarea a la que se han sumado con mucho entusiasmo las mujeres de Gor); el baño en la fuente de los Siete Caños, que no figura en el programa oficial pero se ha convertido ya en una tradición para nuestros jóvenes; el concurso de rondallas y las verbenas populares donde unos y otros dan rienda suelta a su entusiasmo festivo. Pero si un acto brilla con luz propia, no es otro que los toros. Los toros que en la plaza mueren a manos del diestro, pero que antes han sido corridos y encerrados en su redil por los vecinos de Gor.
Se trata de la escenificación de un viejo mito: el toro, símbolo de energía desbocada de las potencias naturales, se mide al hombre, que representa en raciocinio, la mesura impuesta midiéndose contra la propia inteligencia y el sentido común -el ángel que afronta el riesgo pero elude la temeridad-. He ahí la grandeza del encierro goreño, estimados paisanos, que además reúne un elemento insólito en otros eventos similares: no se suelta chupinazo ni hay bocina o señal que anuncie la aparición de los toros. Como suele ocurrir en la vida -en la vida real- el peligro acontece insospechadamente, nos acecha y toma por sorpresa. Un factor de riesgo añadido que nuestros corredores jamás deben olvidar. Desde este balcón convertido en palestra quiero animar a toda nuestra juventud, mozos y mozas, a correr en los encierros; pero háganlo con la prudencia del ángel que llevan dentro, asumiendo las propias posibilidades y rehuyendo tanto los comportamientos insensatos como los falsos actos de gallardía que pueden conllevar pongan en peligro la integridad física propia o de los otros mozos y mozas. Corran todos en pro de la grandeza de nuestras fiestas, pero siempre con una copa de menos, que la botella es mala consejera y afloja las piernas del más bragado.
Para concluir con este modesto pregón, cuyas carencias espero sepan perdonar mis paisanos con la grandeza que los distingue, quisiera citar a un poeta de verbo fecundo y a la sazón amigo: Miguel Ruíz López, que ha sabido plasmar con elegancia y cadencia sus más acendrados sentimientos hacia nuestra querida villa. Tomo la primera y la última estrofa de una de sus poesías, que dice así:

"Dame la vara e siempre,
búscame la gorra nueva
y anúdame a la garganta
mi pañuelillo de seda;
que ya ha sonado el cohete
y mis ansias aceleran
por correr el encierro
como aquel buen padre hiciera.
(...)
Tu, madre, puedes quedarte
escondida tras la reja;
que aunque me veas sudoroso
muy cerquita de la fiera,
tu hijo habrá e volver
con laurel en la cabeza,
porque éste es el brindis, madre,
que un agosto prometiera
al padre que se nos fue
pidiéndome con tristeza,
que siempre fuera valiente
con las cosas de mi tierra."

¡¡Viva San Cayetano!!
¡¡Viva Gor!!"