Castellana
y andaluza es nuestra villa,
estirpe
de hidalgos, de alma y tesón;
descienden
tus hijos de la gran Castilla,
montaraces
nobles, de castellana hombría.
Tus
claras aguas, limpias y puras,
limpias
como tu alma, manantial de hermosura.
Son
tus mujeres, lirios y flores
y
las más bellas de todo el orbe.
Son
tus hijos bellos pueblos circundantes
de
hombres laboriosos, fuertes como titanes,
que
descienden de agrestes peñascales
al
cálido amparo que le ofrece su madre.
Cerro
de Gor, Negro y Perú,
Galeotes,
los Frailes, el Picón y las Minas,
Cuevas,
la Virgen y los Calares
coronan
todos a la gran Villa.
El
cerro Gor nos atalaya,
majestuoso
se levanta a nuestro lar,
generaciones,
tantas y tantas,
ante
sus plantas, habrá visto pasar.
Lindos
vergeles, hermosas vegas,
límpidas
aguas y tupidas alamedas,
perfume
intenso de la floresta,
son
el ornato de nuestra tierra.
Son
tus mujeres, ramos de flores,
llegan
al alma sus bellezas sin igual,
muy
buenas madres, buenas esposas,
muy
virtuosas y amantes del hogar.
El
noble Gor, de gran pasado,
tuvo
en su seno grandes próceres cristianos,
hombres
de historia, y grandes reyes
como
los magnos Isabel y Fernando.
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