PREHISTORIA

Río Gor, cuna de culturas 
                
por José A. Arregui Díaz (1991)
Las Angosturas de Gor 
                   
por Vicente Sánchez García (1988)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Río Gor, cuna de culturas

         ¿A quien se le ocurriría pensar que un pequeño río, afluente del río Fardes, pudiera tener alguna significación histórica? Pues, aunque os parezca mentira, así es y la explicación es bien sencilla, como se podrá apreciar a lo largo de este pequeño trabajo.
         Empecemos nuestra historia hace 6.000 años, es decir, sobre el año 4.000 a. de C. Hasta entonces el hombre había sido nómada, cazador o recolector ocasional, pero de repente, descubre la agricultura y la ganadería y éstas lo vinculan a la tierra. Nace el poblado estable junto a los campos de cultivo o pastos y uno de los testigos de esas pocas chozas de barro seco al sol y elementos vegetales es el rio Gor. Toda la vega de nuestro río, especialmente su margen izquierda se halla salpicada de poblados Neolíticos, pues de esta época se trata, que buscan el agua del mismo como objeto principal de una economía agrícola y ganadera.
         ¿Cómo sabemos esto? Muy fácil. Como consecuencia del sedentarismo surge la invención del ajuar doméstico y la cerámica, monocroma y de cocción defectuosa al aire libre. Cuantos agricultores, en faenas agrícolas no habrán encontrado gran cantidad de piedras, mezcladas con trozos de sílex y restos de cerámica lisa y pulida. Eran restos de enterramientos Neolíticos.


 

        Pero la historia avanza, al igual que las aguas de nuestro río y aparece el cobre. desde el 3.000 al 1.900 a. de C. los técnicos mineros alcanzan las costas de Almería y en contacto con la población indígena nace la Cultura Megalítica Occidental, destinada a transformar a las culturas neolíticas. Estos prospectores buscaban tierras en el interior y en su avance llegan al Guadiana Menor, a través, claro, de la cuenca del río Gor. Pero hay algo más, en el Calcolítico, como también se llama esta época, la organización familiar se amplia y nace la existencia de clanes más allá de la muerte. Esta existencia de grandes grupos o familias propicia al aparición de grandes tumbas para los mismos, que serán utilizadas durante generaciones: dólmenes, grandes sepulcros con cámara circular y corredor o largas galerías cubiertas que se cubren con montículos artificiales. La cuenca del Gor, cualquiera que la haya visitado sabe, ofrece en los puntales del llano la materia prima para la construcción de estos monumentales sepulcros que, en un número superior a 200, se extienden desde Gor a los Baños de Alicún. La construcción de los mismos se ha llevado a cabo con losas de caliza o aglomerado procedente de los alrededores. Los pilares de la cámara se adosan perfectamente, disminuyendo en altura desde el fondo hasta la entrada, siendo de menor tamaño las losas del corredor. Las losas están labradas para su mejor ajuste y la orientación predominante de la entrada es al SE. Para hacernos una idea del tamaño de estos enterramientos, en uno se han llegado a encontrar 22 individuos, con sus armas y utensilios.
         Y llegamos al año 1.900 a. de C. Desde este momento y hasta el año 1.200 a. de C. nos encontramos con la que se puede considerar la primera tumba urbana de occidente, es el Argar.
         Los poblados se transforman en ciudades, apareciendo actividades diferenciadas y diversas clases sociales con diferente nivel económico.
         Los grandes poblados argáricos se sitúan en la salida de un valle o en la pendiente de una montaña, en tanto que los poblados pequeños se sitúan a mayor altura y siempre en relación con fuentes o arroyos. Y estos últimos son los nuestros, los que en un número bastante alto (4 por lo menos se han detectado en la cuenca del río Gor) aseveran la afirmación de que el río Gor es un río fuente de culturas.
         Pero, si difícil era creer en la existencia de restos neolíticos o calcolíticos en nuestro río... ¿Cómo se explica la presencia de la refinada cultura del Argar, con sus enterramientos individuales en el subsuelo de las viviendas, en hoyos, cistas, o tinajas?
         La explicación es, de nuevo, sencilla. Las gentes del Argar, en su búsqueda de los ricos yacimientos mineros del Sudeste peninsular, siguen los cursos de los ríos Almería y Andarax, entre la Sierra de los Filabres y Sierra Nevada, hasta alcanzar las alturas del Marquesado del Zenete y la Hoya de Guadix y por las cuencas de los ríos Gor, Guadix y Fardes hacia las tierras de la Alta Andalucía.
         Normalmente se trata de prospectores metalúrgicos y comerciantes que entran en contacto con los últimos representantes de la cultura megalítica y establecen sus poblados en el centro de las depresiones (Valle del Gor).
         Los poblados de la zona del río Gor se sitúan, en una primera etapa, en lugares altamente estratégicos (lucha entre poblados), después en estrechamientos del valle (control de rutas estratégicas) y por último, de nuevo en lugares escarpados (presiones exteriores).
         A partir de aquí, la historia ya es de anteayer. Seguro que las aguas del Gor sirvieron para regar los cultivos de los pobladores romanos de Tierras Nuevas, o para calmar la sed de los musulmanes afincados en los Algarves, incluso pudiera refrescarse en ellas D.Fernando de Medina, cuando con sus medidas cordobesas, efectuó las mediciones de las tierras de Gor y Gorafe, allá por 1.491, o D. Cristóbal de Medrano, alcaide de la fortaleza de Gorafe.
         Pero yo, perdonadme por ello, prefiero tener en mi mente a esa mujer que, con un collar de cuentas de piedras negras, con huesos intercalados, recoge agua en un cuenco carenado, mientras su pareja desforesta ramas con una pequeña hacha triangular de cobre. Esto sucedía en el río Gor cuando a otras partes, hoy más importantes, todavía no había llegado "la cultura".
         Por eso, amigos, cuando os acerquéis al río Gor, mirad fijamente sus aguas y no lo menospreciéis. Durante mucho tiempo, el río Gor fue cuna de culturas. Que lo siga siendo siempre.

 

 

 

 

LAS ANGOSTURAS DE GOR

          El asentamiento prehistórico de Las Angosturas de Gor se encuentra situado en la margen izquierda del río de Gor, aguas abajo del pueblo y cerca de su anejo Cejo de la Estación de Gorafe y la Estación de Gor. Sobre un pequeño cerro inaccesible en la mayor parte de su contorno, lo que hacía fácil su defensa.
         Los niveles más antiguos de este poblado, asentados sobre la base del cerro, son del Neolítico final, encontrándose en los mismos: vasos geminados,cuencos, cucharones, etc.
         Encima de éstos aparecen los niveles más ricos en restos y de mayor potencia del yacimiento, correspondientes al Calcolítico (Cobre), fechados por el método del Carbono-14 entre el 2350 y 1910 a. de C. para los niveles más altos. Entre los materiales encontrados cabe destacar: vasijas semiesféricas y globulares, cuencos de paredes rectas, cucharas, platos de borde almendrado, ídolos de hueso (ídolos falange), en hueso pulido (uno de ellos oculado y otro pintado), en piedra (betilos) y otros atípicos, puntas de flecha de silex (de base cóncava, losángicas, de pedúnculo y aletas, romboidales), cuchillos de silex, cuentas de collar de diferentes tamaños, formas y materiales (concha, piedra, espina de pescado, etc), punzones, espátulas y agujas de hueso, fusayolas, cereales (trigo), trabajos en espartos, restos de minerales de cobre (azurita y malaquita), así como huesos de animales, muchos de ellos con evidentes signos de domesticación.
         El poblado estaba rodeado en los lugares accesibles por una muralla de piedra de más de dos metros de espesor que las excavaciones han puesto al descubierto y, dentro del recinto cimientos de casas circulares, que estarían cubiertas de ramaje, por las improntas en barro que aparece con huellas del mismo.
         Para ser un poblado claramente relacionado con las necrópolis megalíticas de Gor y Gorafe las más densa de Europa, 190 dólmenes, estudiados por Góngora y Siret, y posteriormente por el matrimonio Leisner, completados estos estudios en 1955-56 por Spahni y García Sánchez -es raro que se encuentre sepulcros dentro del mismo poblado; uno de un adulto, claramente un segundo enterramiento, pues le falta el cráneo, dentro de un recinto de piedras y con un rico ajuar (una gran cornamenta de ciervo y numerosas vasijas), dentro de una de las cuales apareció un niño en posición fetal, llevando como ajuar asimismo una copa y dos cuencos, dos anillos, un punzón y dos aretes de cobre y un collar de cuentas de hueso, piedra y concha, enterrado simultáneamente al anterior.
         En los estratos más bajos se descubrió otro enterramiento de un niño de unos nueve meses, con dos cuencos como ajuar, debajo del pavimento de una vivienda. Este tipo de enterramientos sólo ha aparecido en este poblado, de entre los correspondientes a la época del Cobre.
         Todos estos materiales y restos encontrados indican que se trataba de pueblos que ya habían cambiado su sistema económico de vida, pues, aparte de la caza, que no abandonarían, se dedicaban predominantemente a la agricultura y a la ganadería. Desde Las Angosturas se vigilaba la zona, dominándose el paso del río y el control de la salida y comercio del cobre de las minas cercanas de la zona (Cerro de las Fuentezuelas), por la cantidad de ídolos encontrados, podemos suponer que estas gentes fueron muy apegadas a los ritos y creencias religiosas.
         Después, los estratos que aparecen muestran evidencias de ocupación de época correspondiente a la Cultura del Vaso Campaniforme, encontrándose restos de cerámicas profusamente decoradas del tipo Ciempozuelos y también marítimo.
         Hay también signos de ocupación de época argárica, ya que sus niveles de ocupación aparecieron muy erosionados y destruidos. Se encontró un enterramiento doble, los cadáveres de un hombre y una mujer enterrados en posición fetal uno frente al otro, con algún material típico de estas inhumaciones.
         La ocupación ibérica y romana fueron muy importantes. Aparecen restos sobre todo en la parte del cerro: cerámica ibérica pintada, molinos, casa de planta rectangular y restos de cerámica griega del s. IV a. de C., que nos data la población ibérica. También aparecen restos de cerámica romana sigillata (sellada: con signo de fabricación).
         El yacimiento fue excavado a lo largo de cuatro campañas durante los veranos de 1980 a 1983, por el Servicio de Investigaciones Arqueológicas de la Diputación Provincial de Granada (antiguo Patronato de la Cueva del Agua), estando al frente de las mismas el antropólogo Dr. Miguel C. Botella López y la Dra. Catalina Martínez Padilla. El estudio del mismo permitirá determinar el paso de las formas de vida del Neolítico a la nueva economía de la Edad del Cobre.
         El yacimiento, cuando ellos lo vieron en 1979, guiados al mismo por el que suscribe, estaba muy destrozado por las excavaciones clandestinas que en él se habían realizado (buscadores de tesoros y coleccionistas que venían de esta provincia y de otras). Incluso en los primeros años del siglo se llegó a formar una "compañía" para explotar los tesoros del cerro, que hizo largas galerías a modo de minas en su afán por encontrarlos, con el consiguiente destrozo de materiales y niveles.
         Una vez excavado el poblado, tenemos todos el deber de conservarlo, por si, más tarde, nuevos métodos de excavación aportan datos que nos permitan conocer mejor la vida de nuestros antepasados. El yacimiento es de un gran interés científico, por lo que debemos hacer lo posible para que de una vez por todas desaparezcan los "buscadores de tesoros" y que los ávidos coleccionistas sepan que una pieza suelta no sirve para nada, sino que debe verse en contexto, junto con los demás materiales que la rodean y el nivel en que se encuentra.
         Hoy día el yacimiento, en parte cercado, se encuentra sin cubrir, a expensas del las inclemencias del tiempo, que harán que los testigos de sus cortes de excavación terminen por derrumbarse, lo que sería una pena.
         Desde estas líneas, en nombre de todos los amantes de la ciencia arqueológica, hago un llamamiento a aquellas instituciones que puedan evitar la destrucción del mismo, especialmente a la Diputación Provincial de Granada, que fue la patrocinadora de su excavación, y que se cubra para que no desaparezca esta joya histórica entre los poblados de su clase.