El asentamiento prehistórico de Las Angosturas de Gor se
encuentra situado en la margen izquierda del río de Gor, aguas abajo del pueblo
y cerca de su anejo Cejo de la Estación de Gorafe y la Estación de Gor. Sobre
un pequeño cerro inaccesible en la mayor parte de su contorno, lo que hacía
fácil su defensa.
Los niveles más antiguos de este poblado, asentados sobre la
base del cerro, son del Neolítico final, encontrándose en los mismos: vasos
geminados,cuencos, cucharones, etc.
Encima de éstos aparecen los niveles más ricos en restos y
de mayor potencia del yacimiento, correspondientes al Calcolítico (Cobre),
fechados por el método del Carbono-14 entre el 2350 y 1910 a. de C. para los
niveles más altos. Entre los materiales encontrados cabe destacar: vasijas
semiesféricas y globulares, cuencos de paredes rectas, cucharas, platos de
borde almendrado, ídolos de hueso (ídolos falange), en hueso pulido (uno de
ellos oculado y otro pintado), en piedra (betilos) y otros atípicos, puntas de
flecha de silex (de base cóncava, losángicas, de pedúnculo y aletas,
romboidales), cuchillos de silex, cuentas de collar de diferentes tamaños,
formas y materiales (concha, piedra, espina de pescado, etc), punzones,
espátulas y agujas de hueso, fusayolas, cereales (trigo), trabajos en espartos,
restos de minerales de cobre (azurita y malaquita), así como huesos de
animales, muchos de ellos con evidentes signos de domesticación.
El poblado estaba rodeado en los lugares accesibles por una
muralla de piedra de más de dos metros de espesor que las excavaciones han
puesto al descubierto y, dentro del recinto cimientos de casas circulares, que
estarían cubiertas de ramaje, por las improntas en barro que aparece con
huellas del mismo.
Para ser un poblado claramente relacionado con las
necrópolis megalíticas de Gor y Gorafe las más densa de Europa, 190
dólmenes, estudiados por Góngora y Siret, y posteriormente por el matrimonio
Leisner, completados estos estudios en 1955-56 por Spahni y García Sánchez -es
raro que se encuentre sepulcros dentro del mismo poblado; uno de un adulto,
claramente un segundo enterramiento, pues le falta el cráneo, dentro de un
recinto de piedras y con un rico ajuar (una gran cornamenta de ciervo y
numerosas vasijas), dentro de una de las cuales apareció un niño en posición
fetal, llevando como ajuar asimismo una copa y dos cuencos, dos anillos, un
punzón y dos aretes de cobre y un collar de cuentas de hueso, piedra y concha,
enterrado simultáneamente al anterior.
En los estratos más bajos se descubrió otro enterramiento
de un niño de unos nueve meses, con dos cuencos como ajuar, debajo del
pavimento de una vivienda. Este tipo de enterramientos sólo ha aparecido en
este poblado, de entre los correspondientes a la época del Cobre.
Todos estos materiales y restos encontrados indican que se
trataba de pueblos que ya habían cambiado su sistema económico de vida, pues,
aparte de la caza, que no abandonarían, se dedicaban predominantemente a la
agricultura y a la ganadería. Desde Las Angosturas se vigilaba la zona,
dominándose el paso del río y el control de la salida y comercio del cobre de
las minas cercanas de la zona (Cerro de las Fuentezuelas), por la cantidad de
ídolos encontrados, podemos suponer que estas gentes fueron muy apegadas a los
ritos y creencias religiosas.
Después, los estratos que aparecen muestran evidencias de
ocupación de época correspondiente a la Cultura del Vaso Campaniforme,
encontrándose restos de cerámicas profusamente decoradas del tipo Ciempozuelos
y también marítimo.
Hay también signos de ocupación de época argárica, ya que
sus niveles de ocupación aparecieron muy erosionados y destruidos. Se encontró
un enterramiento doble, los cadáveres de un hombre y una mujer enterrados en
posición fetal uno frente al otro, con algún material típico de estas
inhumaciones.
La ocupación ibérica y romana fueron muy importantes.
Aparecen restos sobre todo en la parte del cerro: cerámica ibérica pintada,
molinos, casa de planta rectangular y restos de cerámica griega del s. IV a. de
C., que nos data la población ibérica. También aparecen restos de cerámica
romana sigillata (sellada: con signo de fabricación).
El yacimiento fue excavado a lo largo de cuatro campañas
durante los veranos de 1980 a 1983, por el Servicio de Investigaciones
Arqueológicas de la Diputación Provincial de Granada (antiguo Patronato de la
Cueva del Agua), estando al frente de las mismas el antropólogo Dr. Miguel C.
Botella López y la Dra. Catalina Martínez Padilla. El estudio del mismo
permitirá determinar el paso de las formas de vida del Neolítico a la nueva
economía de la Edad del Cobre.
El yacimiento, cuando ellos lo vieron en 1979, guiados al
mismo por el que suscribe, estaba muy destrozado por las excavaciones
clandestinas que en él se habían realizado (buscadores de tesoros y
coleccionistas que venían de esta provincia y de otras). Incluso en los
primeros años del siglo se llegó a formar una "compañía" para
explotar los tesoros del cerro, que hizo largas galerías a modo de minas en su
afán por encontrarlos, con el consiguiente destrozo de materiales y niveles.
Una vez excavado el poblado, tenemos todos el deber de
conservarlo, por si, más tarde, nuevos métodos de excavación aportan datos
que nos permitan conocer mejor la vida de nuestros antepasados. El yacimiento es
de un gran interés científico, por lo que debemos hacer lo posible para que de
una vez por todas desaparezcan los "buscadores de tesoros" y que los
ávidos coleccionistas sepan que una pieza suelta no sirve para nada, sino que
debe verse en contexto, junto con los demás materiales que la rodean y el nivel
en que se encuentra.
Hoy día el yacimiento, en parte cercado, se encuentra sin
cubrir, a expensas del las inclemencias del tiempo, que harán que los testigos
de sus cortes de excavación terminen por derrumbarse, lo que sería una pena.
Desde estas líneas, en nombre de todos los amantes de la
ciencia arqueológica, hago un llamamiento a aquellas instituciones que puedan
evitar la destrucción del mismo, especialmente a la Diputación Provincial de
Granada, que fue la patrocinadora de su excavación, y que se cubra para que no
desaparezca esta joya histórica entre los poblados de su clase.