Boletín nº 44 (Diciembre de 2003)

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ENTREVISTA A JUAN MANUEL

 

Juan Manuel Agudo es un goreño que comparte con muchos otros el haber nacido en Gor en el seno de una familia numerosas, trabajadora, honrada y emigrante. De carácter abierto, curioso e inquieto, paso su infancia en nuestro pueblo, pero, nada mas iniciar su juventud, la emigración le privó de su pueblo, de sus amigos, de su ambiente, aunque no le pudo quitar sus recuerdos y su pasión por volver. Aunque tuvo sus primeros escarceos amorosos en Gor la flecha de Cupido le esperaba en Madrid, donde conoció a Isabel Galán, su mujer y madre de sus hijos, Juan Francisco y Jaime.
Desde Parla, donde reside, Gor permanece en su corazón. Es por eso que en 1988 se le ocurre la idea de fundar el Club Amigos de Gor, objetivo al que dedica buena parte de su tiempo.
Con la perspectiva que dan 15 años de existencia de esta Asociación, hemos querido dedicar este espacio de la Revista a que exprese su personal visión sobre la Asociación, a la que por voluntad propia ha dejado de pertenecer.

1. – Creo que a todos nuestros lectores les gustaría saber cómo y por qué se te ocurre la idea de fundar el "Club de amigos de Gor".

La pregunta que me haces tiene miga, tanta que podría cubrir toda la entrevista; de todas formas me voy a ceñir a ella sin remontarme demasiado en el tiempo. He de decir, antes que nada, que fue una grandísima pena que muy pocos creyeran en la honestidad y sinceridad de mi intenciones al fundar el CAG, y que absolutamente nadie profundizara en la verdadera razón de ser de su creación. Se prefirió creer o interesó hacerlo que a mi no me guiaba otro afán que no fuera el "afán de protagonismo" , y esta insidia, a la que yo no di la menor importancia porque sobre todo confiaba en el sentido común de los goreños, acabó por imponerse de forma irracional y terminó por desvirtuarlo todo. Lo que más me dolió, sin embargo, fue que se diera por sentado que a mi no me podía guiar otra cosa que no fuera afán de protagonismo, como si por el hecho de ser goreño o llamarme Juan Manuel fuera imposible imaginar en mi afanes más nobles. Nadie reparó en lo que suponía pensar así de mi que, no se olvide, en ese momento me esforzaba por serle útil a Gor con hechos, no con palabras. Nadie reparó en que cuestionar de esa forma mis intenciones suponía poner en cuestión las suyas propias, pues si no veían en mi otro afán, ¿de qué afanes se dejaban guiar ellos que cuestionaban el único afán que estaba desmitificando la falacia de que "en Gor no se podía hacer nada"? ¿Por qué en lugar de cuestionar mis afanes no pensaban en hacer algo por Gor para variar? Por otra parte, presuponer afán de protagonismo en quien tiene la obligación de protagonizar su propia obra –tanto para lo malo como para lo bueno-, ¿es algo innoble? ¿No es más bien afán de protagonismo la de aquel o aquellos que con tal de salir en la foto lo único que se les ocurre es escupirle al fotógrafo? Pues Gor ha de saber que a mi me guiaban otros afanes, afanes de servir a Gor Mis afanes se plasman en los fines de la Asociación prefigurados en sus Estatutos y en la Exposición de Motivos, no de los actuales que no los tienen, sino en los anteriores, los actuales son un mal remedo de los originales, modificados de forma irregular. Los fines primordiales, de los que emanaban sus objetivos, eran "impedir la desaparición de Gor y frenar su despoblación" . Frenar su despoblación era básico, esencial, sin ese requisito no podríamos aspirar a casi nada. Gor se había despoblado, los goreños habían decidido abandonar su tierra porque habían dejado de creer en ella, habían perdido su fe en la capacidad de Gor para proporcionarles un futuro digno, por eso nos fuimos y por eso seguía el éxodo. Esa era la cuestión. El Club Amigos de Gor nacía con la vocación de serle útil a Gor en ese sentido, es decir, en el sentido de devolverle a los goreños la fe en Gor poniendo como ejemplo nuestro trabajo y sus resultados. Toda esa grandeza de intenciones no quiso verla nadie, o muy pocos; nuestra historia nos ha hecho desconfiar hasta de nuestra propia sombra y esa realidad acabó por imponerse. Yo nunca había desconfiado de nadie, pero recibo como premio la desconfianza de todos. Una pena, algo que dice muy poco a favor nuestro, pero sobre todo de quienes propalaron la insidia. Tendrán que alquilar pensamiento para poder imaginar el inmenso daño que hicieron. Por lo tanto, y para que tengas clara una respuesta, detrás de mi ocurrencia de crear el CAG está mi amor por Gor, sólo eso. Sin amor no hubiese habido nada de nada porque donde no hay amor no hay ideas, no hay más que miseria.

2. - ¿A quiénes expones la idea en primer lugar? ¿Cuál es su reacción?

Yo expongo mi idea en primer lugar a los que, en ese momento, yo creía más adecuados y capacitados para secundarla y asumirla: A los hermanos Vicente y Manuel Sánchez García y a Antonio Alías. El primero no creyó en su viabilidad desde el principio, me dijo que "eso en Gor no funcionaria". No le faltaba razón. El segundo fue más reservado, no dijo ni sí ni no, "bueno, tú verás". El más explícito fue Antonio Alías, le gustó la idea y me animó a llevarla a cabo. Luego se la expuse a Antonio Pérez –el inolvidable "Maico-, a Alicia, a Pepillo, , a Pelé, a Antonio el Tello, a Mari Carmen la de Fandila, a Graciano, a Paquita... Y comenzamos la faena.

3. – Desde que esa idea surge hasta que toma forma, ¿qué proceso se sigue?

Cuando expongo la idea y trasmito mis intenciones, los "compromisarios" quedan a la espera de que plasme mi idea por escrito y fundamente mi proyecto, cosa a la que me entrego con verdadera ilusión y "afán de ser útil", consciente de que en esos momentos podríamos estar haciendo "algo grande para Gor" . Redacto escritos donde fundamento la necesidad de "hacer algo por Gor", redacto unos Estatutos basándome en los de otras asociaciones de parecidos fines a la que estaba en mi mente, hago una maqueta del Boletín Informativo, órgano de expresión del Club, hago constantes viajes a Gor, hablo con mucha gente, contacto con Caldas a través de mi hermano a quien le entusiasma la idea..., en fin, fueron días de una actividad frenética llenos de inquietud y entusiasmo, pues mi miedo era que todo se fuera al traste por cualquier tontería y empeoráramos la situación de Gor que, en aquellos momentos, era realmente angustiosa.

4.- Cuéntanos tus impresiones de la reunión fundacional. ¿Hasta qué punto crees que las impresiones de los demás participantes en la reunión eran coincidentes con las que has expresado?.

De la reunión fundacional tengo un recuerdo agridulce. Habíamos quedado citados todos los anteriormente citados, más Pepita Jiménez y Adela que asistieron a requerimiento de Alicia. No asistieron ni Vicente Sánchez ni su hermana Paquita ni Antonio Pérez, por lo que hubo que iniciar la reunión sin ellos. A última hora Manuel Sánchez se echó atrás y hube de convencerlo para que asistiera, le dije que si no asistía no habría reunión ni habría nada. No mentía. Y asistió, pero forzado, su actitud me transmitió un pesimismo y una decepción que hube de superar a base de decirme a mi mismo que mi mejor amigo no me podía fallar. Fue así y así hay que decirlo porque fue verdad. Presenté los Estatutos cuya aprobación definitiva se llevaría a cabo en la I Asamblea General que se celebró en Agosto de 1989, hablamos del órgano de expresión como algo fundamental para la actividad de la Asociación, se aportaron ideas, algún que otro modelo y, finalmente se redactó el Acta Fundacional, escrita a mano por Antonio Alías y firmada por todos, Acta que posteriormente se pasaría a maquina y se enmendarían algunos defectos que contenía. Propuse los distintos cargos de la Junta Gestora y del Comité Revisor de Cuentas y finalmente brindamos con cava. En el ambiente, una mezcla de esperanza y escepticismo, que yo intenté paliar con entusiasmo forzado, ensombreció la reunión. Aunque parezca mentira me sentí solo, tenía la sensación de que sólo yo era consciente de que podíamos estar cambiando la historia de Gor. Puedo decir sin temor a equivocarme que el único que estaba seguro de que a aquel primer paso le seguirían muchos pasos más era yo; el resto estaba a la expectativa. Pero era perfectamente normal que fuera así, así que no le di mayor importancia. Debí dársela y hacer una lectura mucho más crítica de la actitud de Manuel Sánchez. Ese fue mi primer error.

5- ¿Cuál sería tu análisis de las circunstancias de Gor en ese momento?

Las circunstancias de Gor en 1988 eran las propias de un pueblo sin pulso, a punto de morir por falta de ganas e ilusión de seguir viviendo. El pesimismo era general. Las opiniones más autorizadas en lugar de tratar de buscar soluciones y movilizar a la población, se entregaban al fatalismo como algo natural. Se decía que Gor terminaría siendo un anejo de Guadix en el que podrían vivir diez o doce familias a lo sumo, que la autovía perjudicaría a Gor porque se cargaría las ventas, pero nadie se movilizaba para pedir un área de servicio. Las Fiestas patronales habían dado un bajón angustioso en participación y asistencia, ni una sola tradición se practicaba en Gor, del Ayuntamiento no surgía ni una sola iniciativa, pura rutina. No se había movido un ladrillo desde la crisis del petróleo... Era evidente que los goreños habían abonado su ánimo a la indiferencia víctimas de la desidia y el olvido.

6. ¿Qué diferencias encuentras entre el Gor del 89 y el actual?

Lo más preocupante es que la población ha envejecido y casi no hay nacimientos. Pero en comparación con aquel Gor del 89 el actual ha experimentado un crecimiento que nadie podía esperar. El Club Amigos de Gor puede decir sin complejo alguno que tuvo, y creo que sigue teniendo, un importante papel en este feliz hecho, y pudo haberlo tenido más importante y decisivo, pero no lo dejaron.

7. ¿Qué quieres decir con que no lo dejaron?

Quiero decir que Gor es muy celoso del éxito ajeno, en Gor no se perdona el éxito, bueno, no se perdona en ningún sitio, pero en Gor se nota mucho. Al principio, cuando el CAG sólo era una esperanza, una posibilidad que muchos consideraban "quimérica", todo eran ofrecimientos y buenas palabras. Casi todos se volcaron. Fruto de esa conjunción de voluntades inicial surgió con fuerza la convicción de que "era posible", pues la Asociación emprendió una actividad inmensa, impensable para muchos. Si ese impulso inicial se hubiera mantenido y no hubieran surgido los celos, hoy estaríamos hablando de un Gor distinto y mejor. Pero a alguien no le interesó que el CAG tuviera éxito y comenzaron a surgir las insidias, los rumores, los chismes, las elucubraciones maliciosas..., en fin, lo típico. Y todo se fue al traste. Pero que Gor sepa que el proyecto que amparaba el CAG, supeditado, claro está, a esa conjunción de voluntades y complicidad de principios, albergaba las propuestas idóneas para hacer realidad sus fines.

8.-¿Sólo hay una forma de ser goreño? ¿Qué significa, para ti, ser goreño?

Por supuesto que no hay una sola forma de ser goreño, ser goreño se puede ser de muchas formas. Pero buen goreño sólo se puede ser de una forma, y es demostrar que el amor que todos decimos sentir o tenerle a Gor no se quede en meras palabras o en bellas intenciones, sino que hay que traducirlo en hechos, en hechos que no persigan otra cosa que servir a Gor, no ser la excusa para servirse uno mismo o a intereses espurios. En hechos que persigan de forma efectiva solucionar los problemas que tiene Gor, en iniciativas reales e imaginativas que ilusionen y sean capaces de dar un vuelco a la situación, en propuestas que ilusionen y nos involucren a todos en su consecución, en proyectos de alcance que fundamenten nuestra ilusión y nuestros esfuerzos. Eso significa para mi ser buen goreño, trabajar por Gor honestamente, no parapetarse detrás de excusas estériles y pueriles o malintencionadas. Yo lo hice y no me dejaron, pero eso no quiere decir que no se deba seguir intentando. No debo ser yo, sin embargo, quien deba ese nuevo primer paso.

9.- De tu infancia y juventud en GOR seguro que recuerdas historias y vivencias dignas de contar…

Pues a pesar de las carencias de todo tipo del Gor de entonces, del Gor de mi niñez y el de mi juventud, yo tengo gratos recuerdos, sobre todo de mi niñez. Recuerdo, por ejemplo, que todos estábamos enamorados de Chari, entonces una niña con un sexappeal especial. Una noche fuimos a echarle una serenata de transistor a pilas con German, que era el "más enamorado", y Carmelo, que vive en frente, se asomó al balcón y nos dijo: "Pero que pollas os habéis creído, que estamos todavía de Fiestas? Como no apaguéis ahora mismo ese trasto bajo y os deslomo a palos " . Y ahí acabó nuestra incursión de enamorados románticos una noche de verano. Pero yo de quien estaba enamorado era de Agusta, una mujer que desbordaba alegría y entusiasmo allí donde estuviera. Era guapísima, y sigue siéndolo. Tengo muchos recuerdos y vivencias. Nuestros ídolos en fútbol eran los hermanos Ramírez, Rafael, Joaquín y Graciliano y más tarde Pepe Olea. Ibamos a jugar a Hernan Valle en una motocarro que no sé como no nos matamos todos. Me encantaba irme con Guillermo, Gracialiano, Luisito, Rafael Ramírez, Vicente, etc., a cazar gorriones a las alamedas, primero con tirachinas, más tarde Luisito trajo un fúsil de balines que a aquello fue la revolución. Vicente nos pegaba a todos, nadie podía con él, así que el que le gastaba una broma o se metía con él tenía que poner pies en polvorosa ipso facto. Mi hermano Paco le pegó una pedrada en plena cabeza a Santiago "el Sastre" desde la esquina de la Iglesia, estando él en medio de la plaza, que fue la pedrada más certera e inverosímil de la historia de Gor. Don Atanasio nos tenía a todos controlados y el que se movía no salía en la foto. Germán tenía una bicicleta con la que medio Gor aprendió a montar, yo entre ellos. Recuerdo sobre todos las matanzas; el aire de Gor se impregnaba de olor a especias, a cebolla cocida, a hoguera de leña..., un aroma que para mi era gloria bendita. El día que yo comencé a amar las matanzas fue el día que Rosendo me invitó a su casa a comer morcilla recién hecha, ¡cómo estaba la morcilla, Dios mío! Pero lo que más me ilusionaba, lo que esperaba siempre con una inquietud desbordante, era la llegada de los palos a la plaza para construir la plaza de toros... Nadie en el mundo ha podido ser más feliz que los niños de Gor con los palos de la plaza. No sigo porque si lo hago tenéis que dedicar toda la revista a mi entrevista. De mi adolescencia recuerdo, sobre todo, las andanzas que Julio, Manolo y yo llevábamos a cabo. Posiblemente fuera aquella una de las épocas más felices de mi vida, me sentía tan a gusto con ellos... Mi juventud se desarrolló fuera de Gor, aunque en contacto con Gor.

10.- Como tantos otros goreños tuviste que emigrar, ¿qué ha supuesto en tu vida esta experiencia?

Emigrar es siempre doloroso, pero para mí llegó un momento en que se hizo absolutamente necesario porque los horizontes de Gor se me cerraron de pronto, no había elección. La emigración abrió mi mente a otras costumbres, a otras formas de entender la vida. Cuando yo llegué a Madrid a los diecisiete años, directamente de Gor, descubrí un mundo nuevo que me desbordó, sentí que yo no estaba preparado para enfrentarme a la forma de vida que se desarrollaba ante mis ojos. Yo era un perfecto ignorante, un apocado, un reprimido. Estaba asustado. Añoraba a Gor. Era, en definitiva, un perfecto imbécil, lo que habían hecho de mi diecisieta años de educación retrógrada y profundamente castradora. Me costó mucho superar aquello, pero sufrí mucho. Hoy, cuando recuerdo aquella época, me estremezco de lo tonto que pude llegar a ser.

11.- A lo largo de estos quince años de vida de la ACAG, también deben haber ocurrido cosas que te hayan hecho sentirte satisfecho aunque, también haya habido otras no del todo satisfactorias. ¿Por dónde empezamos?

Quiero sobre todo que Gor sepa que yo no me arrepiento de haber hecho por Gor lo que he hecho y lo que intenté hacer pero no me dejaron, entre otras cosas porque yo también tengo mi parte de responsabilidad en ello. La experiencia de crear el CAG me ha enriquecido, moral e intelectualmente. Hoy me conozco y conozco a los demás mejor que antes de embarcarme en esa aventura que, para mí, ha sido decisiva, me ha cambiado. Por lo tanto no dudaría en volver a hacerlo aun a sabiendas de lo que sucedería. Durante ese periodo he recibido muchas muestras de cariño y admiración por parte de muchos goreños a quienes yo he tratado de forma recíproca; es esa una satisfacción que no cambiaría por nada. La experiencia de sentirse querido es explosiva, te da alas, te engrandece por dentro, elimina en ti el pesimismo y la pereza, te da fe y te insufla tal confianza que nada te parece imposible. Es sencillamente grandioso. Si todos nos sintiéramos queridos el mundo sería pura magia. Pero en esta vida jodida todo tiene su cruz. Yo he sido vilipendiado en Gor, desprestigiado, desautorizado, insultado y menospreciado, se me ha segado la hierba bajo los pies, he sido engañado, cortocircuitado y traicionado. Lamentablemente así es la vida. Y debo decir que tal vez deba ser así mientras no nos merezcamos algo mejor, todos somos culpables, que nadie se llame a engaño. Si yo hubiera dispuesto de recursos para enfrentarme a quienes estaban echando chinorros en el engranaje del proyecto no se hubieran salido con la suya, pero ni los tenía ni los había. Por otra parte yo siempre sostuve que "el Club Amigos de Gor sería lo que los goreños quisieran que fuese", no era cuestión de que yo hiciera de ello una cuestión de honor o algo parecido. Lo intentamos y no pudo ser. A partir de ahí que cada cual piense si pudo haber hecho más de lo que hizo o adoptar una actitud más positiva. Eso es todo.

 

12.- En tu opinión, ¿qué cosas han dejado de hacerse? ¿Cuáles son a tu juicio las causas?

Esta pregunta supone entrar en detalles y, claro, entrar en ellos supone reducir el ámbito de observación. En mi opinión, el primer objetivo que se debió cumplir y no se cumplió fue fortalecer la influencia del CAG que, dicho sea de paso, lo consiguió en parte, pero sólo en parte. Este aspecto era básico para acometer una serie de iniciativas que esperaban su puesta en marcha. Y no se hizo. De aquí parten todos los males. La Junta Directiva, he de decirlo, no estuvo a la altura, se achantó. Tampoco estuvo a la altura el Ayuntamiento, pero podía haberlo estado si la Junta Directiva hubiese ejercido como tal, pero no lo hizo. Todas mis propuestas e iniciativas fueron rechazadas, todas. Se debió llevar a cabo una campaña de captación de socios –el objetivo era llegar a los mil-, pero no se hizo, se rechazó la idea. Se debió haber entrado en el negocio inmobiliario como fuente de ingresos para la Asociación –de hecho yo propuse comprar la casa de Ketys en la calle Ancha y se rechazó igualmente-: La propia Ketys me dijo que la había puesto a la venta en dos millones, pero que si la compraba el CAG nos rebajaba un cuarto de millón. Se rechazó igualmente que fuese el CAG quien gestionase la gasolinera del área de servicio –aquí la Junta Directiva, no es que la rechazase, es que le dio vértigo contemplar semejante posibilidad-, sin embargo esa posibilidad era real, se la ofreció al Club la persona idónea para conseguirlo. Se debió haber construido una sede social propia, pero la propuesta para conseguirlo también fue rechazada. Es decir, todas mis iniciativas, como dije antes, eran cortocircuitadas. Si todo eso se hubiese llevado a cabo nadie hubiera podido detenernos, nadie, el CAG sería hoy una Asociación federada a nivel nacional en la que confluirían muchas voluntades y hubiéramos cambiado la faz de Gor de una forma radical. Pero pudo más la insidia y la desidia. Gor se lo ha perdido.

13.- Si tuviéramos que empezar ahora, ¿qué aspectos mantendrías? ¿cuáles modificarías?

La primera modificación sería la de los Estatutos. Cambiaría el ámbito de actuación para dar cancha a Caldas, a Sabadell, a Levante y en general a cualquier lugar donde hubiera un grupo significativo de goreños. Cambiaria la forma de elegir los cargos de la Junta Directiva, incluso le exigiría a cada cargo jurar o prometer fidelidad a los principios de la Asociación y a trabajar por ella con lealtad; introduciría modificaciones puntuales en los Estatutos a fin de acabar con las conductas insolidarias y desleales que pusieran en peligro a la Asociación; marcaría objetivos generales y particulares a cumplir en el periodo de tiempo que se considere..., en fin, un cambio radical. Mantendría los objetivos a conseguir que siguen siendo válidos e introduciría otros.

14- ¿Te consideras incomprendido por la gente del club y por la gente de Gor en general?

De ninguna manera aunque parezca mentira. Me siento querido por los goreños en general y por la gente del Club en particular, sólo que me siento maltratado. No se ha valorado mi esfuerzo ni lo que pude llegar a hacer si me hubiesen acompañado. Tampoco se ha valorado suficientemente la enorme trascendencia que tuvo para Gor en su momento el nacimiento del CAG y lo mucho que cambió Gor a partir de su nacimiento. Mi nombre, actualmente, no aparece ni en la web de la Asociación; en el staff de la revista aparece perdido al final de la columna en la que me equiparan, como fundador, con el registro de la ACAG en Gobernación. Cuando la nueva Junta Directiva quiso hacerme un homenaje que no fue tal, sino la mera entrega de una placa, todos lo sabían excepto yo y, por si fuera poco, no asistió ningún goreño residente en Gor excepción hecha de Fandila y su mujer y su hermana Mari Carmen. Del Ayuntamiento, nadie. Así es Gor.

15.- Ahora, en positivo, ¿cuáles han sido nuestros mayores logros? ¿qué cosas positivas hemos aportado a Gor?

Sobre todo una: demostrar que en Gor pueden hacerse cosas en contra de la opinión de quienes nunca han hecho nada. Si no hemos ido más allá, no es porque "en Gor no pueda hacerse nada", sino porque nos hemos equivocado de tren, no de vía, de tren. Pero dicho esto, y aparte del mantenimiento contra viento y marea de la Revista, una especie de milagro en contra de lo que se crea, el Club Amigos de Gor puede, sin ningún complejo, esgrimir como logros suyos haber promocionado el nombre de Gor como nadie lo ha hecho; volver a interesar a los goreños por Gor –recuerda que las Fiestas decayeron de forma alarmante-; Esto, que no parece gran cosa, supuso dinamizar la vida goreña. La gente volvió a arreglar casas, a comprar casas, a arreglar casas, a "hacer cosas" que nunca se habían hecho. El CAG contribuyó a que la Junta de Andalucía se interesara por proporcionarle a Gor un Área de Servicio –ahí está el informe que hicimos al respecto-; el CAG propició un convenio de colaboración con Caldas de Montbuy, como paso previo al hermanamiento, que supuso todo un acontecimiento en Gor, convenio que nadie se ha interesado por él, pero que está ahí, esperando que alguien lo active; colaboramos de manera muy especial en la recuperación de la Fiesta de Moros y Cristianos en Las Juntas; a las Fiestas les dimos otras alternativas..., en fin, para qué seguir, son estas suficientes muestras para demostrar que lo de "serle útiles a Gor" no era demagogia ni afán de protagonismo.

16.- Personalmente pienso que uno de nuestros mayores logros ha sido el consolidar el boletín en el que se ha recogido la vida y la historia pasada y reciente de Gor a lo largo de estos 15 años. ¿Cuál es tu valoración al respecto?

El Boletín supuso y sigue suponiendo, el logro más personal, auténtico e indiscutible de la Asociación. Nació en el seno de ella, a base de mucho esfuerzo y sacrificio personal, con auténtica vocación de servir a Gor y a los goreños en sus afanes, y sin ayuda de nadie. Por lo tanto es obra nuestra. Ha conocido etapas brillantes con contenidos muy estimables. Hay que abrirlo, involucrar a la gente para que enriquezca sus contenidos. Actualmente ha perdido muchas secciones, lo cual le ha restado interés y tal vez variedad. Hecho de menos las paginas de opinión, las que se interesan por la vida cotidiana de Gor a nivel de calle, de aquellos temas eminentemente informativos, pero con tratamiento personal, que interesan a los goreños por su cercanía..., pero en fin, lo importante es su mantenimiento.

17.- Y..., mirando hacia delante ¿Cuáles serían tus propuestas para el futuro de la ACAG?

El futuro de la ACAG requiere, como primer paso, una renovación integral, yo diría que casi habría que empezar de nuevo, con personas nuevas y nuevos planteamientos, con una cierta y firme predisposición a trabajar. Habría que replantearse su estructura de funcionamiento y dotar a cada cargo, como yo intenté hacer y no se aceptó, de un presupuesto para su área de actuación. Replantearse el tema de tesorería como algo vital e involucrar en él a todo el mundo, personas e instituciones, no sólo para que aporten ayuda, sino ideas, iniciativas, propuestas, etc., que garanticen el respaldo económico suficiente para abordar la consecución de objetivos; darle mayor contenido social a su actividad; expandir, como ya he dicho, su ámbito de actuación. Y sobre todo actuar sin complejos a la hora de pedir, molestar, criticar, señalar, rogar, discutir, insistir, investigar, ..., y los aguafiestas a la calle sin contemplaciones.

18. ¿Nos quieres decir alguna cosa más que nos hayamos dejado en el tientero?

La verdad es que os habéis dejado muy pocas cosas en el tintero, pero ya que me dais esta oportunidad quiero desde aquí enviar mi recuerdo y mi reconocimiento a toda la gente que creyó en mí y me apoyó, especialmente a Gregorio "el Sevillano", para que todos sepan de quien se trata, que fue el primero en ofrecerme "lo que hiciera falta" y lo siguió manteniendo hasta el final. Para mí es un goreño ejemplar. A las mujeres de Gor, encabezadas por Alicia que las aglutinó a todas. A los goreños y goreñas de Caldas con Eulalia de maestra de ceremonias; a los goreños y goreñas de Sabadell, con Mary Carmen como incansable colaboradora. Un recuerdo también para Santiago "el Sastre", que nos ofreció y nos dio su ayuda. Seguro que me dejo a alguien en el tintero, pero que no me tenga en cuenta, pues fueron muchos los que me apoyaron. Por último, un recuerdo póstumo para Joel el belga: dejó su vida en Gor porque le gustó Gor y quiso vivir en Gor. Para mi fue un gran goreño y me inspira un respeto enorme.