A la aurora...

 

Es María la cańa del trigo,
San José es la espiga y el Nińo es la flor 
y el Espíritu Santo es el grano
que allí está encerrado por obra de Dios.

A la Aurora venimos buscando,
que dicen que anda por este lugar
y las calles se vuelven cristales
por donde la Aurora tiene que pasar.

Sacerdote, ministro de Cristo,
que en vuestras manos levantáis a Dios
y bajáis del Cielo a la Tierra
con cinco palabras de consagración.